Apenas 700 metros separan el Parlamento Europeo del Consejo de Europa. En una imagen poco habitual, el Papa se trasladó de un edificio a otro rodeado de un gran despliegue de seguridad.
Francisco llegó a las doce y media. Allí le esperaba el presidente del Presidente del Consejo, Thorbjí¸rn Jagland, con la alfombra roja.
Tras los saludos del protocolo en la entrada, algunos gritos en español recibieron al Papa en el hall.
Igual que en el Parlamento Europeo, Francisco firmó el libro de honor del Consejo de Europa. Después llegó el intercambio de regalos: el Papa llevó un medallón del íngel la Paz.
Dentro del llamado 'hemiciclo de la casa de la democraciaâ?, los miembros del Consejo de Europa recibieron al Papa Francisco con un aplauso.
Esta institución se fundó en 1949 y se encarga de velar por la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho en el continente. Tiene 47 estados miembros, entre los que están Rusia, Turquía y Ucrania.
En su discurso, Francisco pidió a los países miembros que trabajen por una paz fundada en la unión de las almas y la comparó con un árbol cuyas raíces son la verdad. Sus palabras fueron seguidas en silencio y acabaron con un gran aplauso.
Las ovaciones siguieron fuera del hemiciclo. Este es el único momento en que el Papa pudo acercarse a saludar algunas de las personas que le llamaban cerca de la salida.
Antes de subir al coche que le llevaría al aeropuerto, Francisco saludó a este joven con discapacidad que iba en sillas de ruedas. Al ver que le llegaba el turno, se puso de pie para saludar al Papa.
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