El Papa mantuvo el tradicional encuentro de principios de año con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Francisco inició su discurso con una idea clara.
FRANCISCO
'Me gustaría hacer resonar hoy con fuerza una palabra que a nosotros nos gusta mucho: pazâ?.
Recordó recientes tragedias como el asesinato de más de cien niños en una escuela de Pakistán, los ataques suicidas en Nigeria o los atentados de París. También habló sobre Siria e Irak y el origen del terrorismo fundamentalista.
FRANCISCO
'Este fenómeno es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios. De hecho, el fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológicoâ?.
Denunció crímenes como las agresiones sexuales a mujeres, el maltrato a ancianos o el tráfico de personas.
Hizo dos llamamientos a la comunidad internacional: pidió más compromiso frente a la epidemia de ébola y pidió que se defienda a los refugiados y víctimas de las guerras. Dijo que es necesaria una 'respuesta unánime que, en el marco del derecho internacionalâ? devuelva la paz a Oriente Medio.
Además, puso el acento en la baja natalidad fruto de una cultura individualista y denunció los efectos de la 'globalización uniformanteâ?.
FRANCISCO
'En un mundo uniformado y carente de identidad, es fácil percibir el drama y la frustración de tantas personas, que han
perdido literalmente el sentido de la vida. Este drama se ve agravado por la persistente crisis económica, que provoca desconfianza y favorece la conflictividad socialâ?.
Por último, el Papa mencionó como ejemplo del triunfo de la paz y de la diplomacia, el reciente establecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, rotas desde hace más de 50 años.
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