“Where Girls Thrive”, o sea, “Donde las chicas prosperan”. Ese es el lema de Oakcrest School. Sus alumnas lo pusieron en práctica en uno de los lugares más sagrados del mundo, el Vaticano.
Ante el Papa y junto al coro de la Capilla Sixtina, las voces de estas chicas resonaron en la Basílica de San Pedro el día de Año Nuevo.
KILEY
Coro, Oakcrest School
“Alzábamos la mirada y decíamos 'Dios mío, esto es enorme'. Estábamos sentadas muy cerca del Santo Padre. Sentías de veras que es el padre de todos, y era como darle un regalo. Es la experiencia más increíble que he vivido”.
Como era el único coro femenino de la ceremonia, sus voces destacaron durante la Misa de la solemnidad de María, Madre de Dios. Esta ceremonia fue el momento más importante del viaje, pero no el único especial.
Durante sus ocho días en Italia peregrinaron también a Orvieto y a Asís. Y allá donde fueron compartieron su talento musical.
ANN MILLER
Directora del coro, Oakcrest School
“Esta peregrinación ha sido muy especial. Acabo de leer la carta del Papa a los jóvenes. Dice que hay que salir, salir por el mundo. Esta era una forma para que ellas lo hicieran y aportaran belleza y alegría. FLASH Son las experiencias que quiero que vivan: cantar en la plaza, ver cómo se ilumina la gente, sentir la alegría y el amor de Dios”.
La escuela Oakcrest fue fundada hace poco más de 40 años cerca de Washington, DC. Es una obra corporativa del Opus Dei.
Parte de la misión de esta escuela es cultivar “la mente, el cuerpo y el alma” de sus alumnas. Y eso se refleja en las voces y en la sonrisa de las chicas de este coro.
