Este es el cuaderno que muestra que Jorge Mario Bergoglio y su hermano Óscar eran “adoradores nocturnos” cuando eran adolescentes.
En ocasiones iban de noche a rezar a la basílica del Santísimo Sacramento de Buenos Aires, donde se hacían turnos para velar la Eucaristía expuesta. Los participantes que esperaban su turno de adoración dormían en una sala cercana hasta que les despertaban para ir a rezar.
El periodista Lucas Schaerer hizo llegar este documento a Francisco, quien le respondió con esta carta, emocionado.
LUCAS SCHAERER
Revista Alfa y Omega
“Demuestra la calidad, cómo está forjado el Papa que nosotros tenemos. Un Papa forjado en la adoración, de forma muy fuerte y cuando era muy chico, un chaval que por la noche, en vez de estar con sus amigos, estaba rezando en una basílica”.
Es la misma basílica donde Jorge Mario conoció el padre Aristi, un famoso confesor. El Papa recordó que cuando falleció, le robó el crucifijo en el velatorio del cadáver.
FRANCISCO
“Y enseguida me vino a la mente aquel ladrón que todos tenemos dentro. Mientras colocaba las flores, agarré la cruz del rosario, una cruz así. La conseguí arrancar a la fuerza, lo miré y dije: 'Dame la mitad de tu misericordia'”.
Jorge Mario Bergoglio siguió participando en vigilias de adoración cuando era obispo. Algunos participantes lo recuerdan emocionados.
EDUARDO FERNÁNDEZ ROJO
Adorador nocturno
“De hecho vino dos veces a la adoración nocturna. Lo recuerdo porque yo estaba medio dormido, eran las 5 ó 6 de la mañana, cuando era la misa, y recuerdo que vino pero tampoco se quedó con nosotros porque él era...
Era muy austero. No iba a fiestas, dice que siempre a los curas se les invita la familia a comer a la casa y él no aceptaba eso. Él se levantaba a las cuatro de la mañana y hacía una vida de oración y de ayuda a sacerdotes jóvenes”.
El periodista Lucas Schaerer calcula que Jorge Mario Bergoglio participó ya cuando había decidido ser sacerdote, aunque cuando escribió aquí su nombre, no lo había dicho a nadie.
Javier Romero
Lucas Schaerer/RR
