El cardenal Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, falleció el 23 de septiembre a los 79 años. Es, después del brasileño, Eusébio Oscar Scheid, el segundo purpurado que muere por la COVID-19.
El Papa Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Caracas en 2005. Era un período delicado, en pleno Chavismo. Las tensiones con el gobierno continuaron durante el mandato de Maduro.
CARD. JORGE UROSA SAVINO
Arzobispo de Caracas (Venezuela)
“Oremos también hermanos con mucho fervor por nuestra querida patria Venezuela. Para que podamos todos convivir fraternalmente, miembros de un sólo gran pueblo y para que podamos resolver nuestros conflictos en paz”.
El cardenal Urosa participó en el cónclave de marzo de 2013 en el que se eligió al Papa Francisco. También fue miembro del Consejo de Cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede.
Antes de su muerte, al ver las complicaciones de su enfermedad, escribió un discurso de despedida en el que hacía “una declaración de amor a Dios, a la Iglesia y a Venezuela”. También decía sentirse “inmensamente feliz de haber sido sacerdote” y agradecía que Dios le hubiera llevado “por caminos insospechados de servicio, y de altísimas responsabilidades en la Iglesia”.
Tras su muerte, el número de cardenales electores es de 121.
RM
