Desde 1945 la organización Christian Aid atiende a personas desfavorecidas y lucha contra la pobreza y la injusticia mundial con sus programas y voluntarios presentes en 37 países.
Esta ONG internacional fue fundada gracias a la unión de Iglesias británicas e irlandesas, pero su CEO Amanda Mukwashi, asegura que en la organización cualquier persona de cualquier religión o incluso atea es bienvenida.
AMANDA MUKWASHI
CEO Christian Aid
“Estamos llamados a desafiar la pobreza extrema. A desafiar las estructuras de poder que obligan a los pobres a seguir siendo pobres. Plantamos cara a problemas como la injusticia en los impuestos, la injusticia climática, los problemas de la transformación económica. Luchamos contra los sistemas que mantienen a la gente pobre”.
La organización asiste y ayuda a víctimas de desastres naturales y crisis humanitarias, como por ejemplo, la comunidad Rohingya. Sus voluntarios atienden a los damnificados durante y después de la tragedia, hasta que puedan valerse por sí mismos.
Les ayudan a reclamar sus derechos a la sanidad y la educación, a conocer las leyes de comercio y las tasas de impuestos legales para no ser explotados al vender sus productos, apoyan a la mujer y su inclusión en la sociedad...
AMANDA MUKWASHI
CEO Christian Aid
“Las personas pobres no son pobres por su culpa. Son pobres por diseño. Es una construcción política y nosotros nos rebelamos contra eso. Reconocemos el valor del trabajo que hacen los locales para que ellos puedan defenderse por sí mismos. Esto es lo que hacemos en Christian Aid”.
Amanda explica que su trabajo es una misión. Y con su esfuerzo y dedicación quiere ayudar al máximo número de personas posible.
AMANDA MUKWASHI
CEO Christian Aid
“Antes trabajaba en la Naciones Unidas y para mi esto es una llamada. Una llamada que me dice que la fe no es solo algo en lo que crees, sino que la fe es algo que debe marcar una diferencia no solo en tu vida, sino en la de los demás y de manera positiva”.
Y es que como dice el Papa Francisco: “Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo”.
