Si en alguien están puestas las miradas durante la Sede Vacante, es en la figura del camarlengo. Nombrado personalmente por el papa, su tarea es esencial: administrar Santa Sede mientras no se haya elegido a un nuevo pontífice.
Desde 2019, el cargo está en manos del cardenal estadounidense Kevin Farrell, quien desde ahora tiene que hacer frente al gobierno provisional de la Iglesia.
Sucedió a Jean-Louis Tauran, que murió en 2018 después de luchar contra el Parkinson. Muchos lo recordarán por este momento. Fue el cardenal protodiácono en 2013, es decir, el que anunció el Habemus Papam de Francisco.
¿Pero sería posible que el camarlengo se convirtiese en papa? De hecho, ha sucedido en hasta tres ocasiones.
La primera vez fue en 1404, cuando salió elegido el cardenal Cosimo Gentile Migliorati, quien estuvo al mando de la Iglesia bajo el nombre de Inocencio VII.
Ya más cercano a la actualidad, el primer papa del siglo XX: León XIII. Fue en 1878 cuando sucedió a Pio “nonno” tras el periodo de Sede Vacante.
Y el caso más reciente, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial. Fue en 1939 cuando los cardenales eligieron al cardenal Pacelli, que pasó a ser Pio XII.
CA