La mañana de audiencia general comenzó con la vuelta de León XIV en papamóvil; un momento muy especial que suele levanta muchas emociones entre los fieles.
Como es tradición, la seguridad que acompaña al papa le va acercando a bebés para bendecir pero, en esta ocasión, llegó a sus manos uno de los objetos americanos por excelencia: una pelota de béisbol que se paró a firmar.
El papa terminó de saludar a todos y comenzó con la catequesis, esta vez, enfocada en el trabajo. A pesar de que el calor comienza a apretar en Roma, la plaza abarrotada de gente escuchaba su enseñanza.
LEÓN XIV
Quisiera decir, especialmente a los jóvenes, que no esperen, sino que respondan con entusiasmo al Señor que nos llama a trabajar en su viña. ¡No lo postergues, arremángate, porque el Señor es generoso y no te decepcionará! Trabajando en su viña, encontrarás una respuesta a esa pregunta profunda que llevas dentro: ¿qué sentido tiene mi vida?
Después de la catequesis, León XIV saludó a los distintos grupos lingüísticos que venían de todo el mundo, les dio la bendición y rezaron juntos el Padre Nuestro en latín.
BAM