Un grupo armado irrumpió la noche del 4 de agosto en un orfanato en Kenscoff, al sur de la capital, Puerto Príncipe. Allí secuestró a nueve personas, entre ellas, una misionera irlandesa, siete trabajadores haitianos y un niño de tres años con discapacidad.
El ataque ocurre en un contexto de creciente violencia en Haití, donde las bandas armadas dominan gran parte del territorio y la policía carece de recursos para contenerlas.
Desde el asesinato del presidente Moïse en 2021, el país sufre un colapso institucional profundo, con miles de muertos y desplazados. Más de 1,3 millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares, mientras la violencia impide el acceso a hospitales, escuelas y ayuda humanitaria.
Según un reciente informe de la ONU, solo entre abril y junio de 2025 se registraron más de 1500 asesinatos, 185 secuestros y cientos de casos de violencia sexual.
BAM