Tras décadas de conflicto, el primer ministro de Armenia y el presidente de Azerbaiyán firmaron un acuerdo de paz el viernes 8 de agosto en Washington D. C.
La Casa Blanca acogió a los líderes de ambos países para finalizar un acuerdo de paz que el presidente Trump describió como “algo que llevaba mucho tiempo esperando”.
Los dos países han estado en guerra durante los últimos 37 años debido a disputas territoriales y fronterizas en torno a la región de Nagorno-Karabaj. Nagorno-Karabaj fue creada por la Unión Soviética en 1923, pero con la caída del comunismo estalló la guerra entre Armenia y Azerbaiyán, y los cristianos quedaron atrapados en medio del conflicto.
En respuesta a este prolongado enfrentamiento, el papa Francisco peregrinó a ambos países y habló de paz y diálogo durante sus visitas.
Sin embargo, para muchos que sufrían el conflicto, aquellas visitas no fueron suficientes. En 2020, un grupo de cristianos armenios visitó el Vaticano con pancartas de paz para animar al papa Francisco a denunciar directamente la persecución de los armenios en el conflicto.
Francisco pidió entonces un alto el fuego en 2023 entre ambos Estados enfrentados, advirtiendo sobre el deterioro de la crisis humanitaria en la zona.
FRANCISCO
Ayer recibí noticias preocupantes de Nagorno-Karabaj, en el Cáucaso meridional, donde la situación humanitaria, ya de por sí crítica, se ve ahora agravada por nuevos enfrentamientos armados. Quiero hacer un llamamiento a todas las partes implicadas y a la comunidad internacional para que depongan las armas y se esfuercen por encontrar soluciones pacíficas por el bien de las personas y el respeto de la dignidad humana.
Finalmente, ahora en el 2025, el papa León XIV pudo celebrar un acuerdo de paz entre los dos países, calificando el pacto como un paso significativo hacia adelante.
LEÓN XIV
Felicito a Armenia y Azerbaiyán, que han logrado la firma de la Declaración Conjunta de Paz —dijo el Papa a los peregrinos en la Plaza de San Pedro el 10 de agosto—. Espero que este acontecimiento contribuya a una paz estable y duradera en el Cáucaso meridional.
A pesar de que el Vaticano celebra el acuerdo de paz aún quedan otras cuestiones graves sobre la mesa. Por ejemplo: la atención de los 100.000 cristianos armenios que Azerbaiyán expulsó del Nagorno-Karabaj tras la ofensiva de 2023.
CTR