Aunque el papa decidiese volver a Castel Gandolfo para unas segundas vacaciones, su agenda no se ha visto interrumpida; con muchas visitas sorpresa.
El papa León se trasladó en coche hasta una localidad en la diócesis vecina de Palestrina. Allí ha visitado uno de los santuarios marianos que más devoción despertaba en su antecesor, san Juan Pablo II.
Es el de la Madonna delle Grazie; un templo que gestionan unos religiosos polacos y que se ubica en la cima de un monte. Es el lugar habitado más alto de la región del Lacio.
Allí aún se conserva la cueva en la que san Benito se retiró para dedicarse a la oración, al igual que hizo san Gregorio Magno años más tarde.
Tras un largo recorrido, los religiosos le mostraron al papa León este cáliz.
Sí. Eso. El cáliz fue un regalo de Juan Pablo II, que llegó rápidamente 13 días después de la elección. A usted lo dejamos un poco más de tiempo… Cien días…
Con esta visita ya han sido tres los pontífices que han estado en este lugar: Inocencio XIII, el papa polaco y, ahora, León XIV.
AM
