León volvió a presidir en Roma la audiencia general en el aula Pablo VI. El día anterior había vuelto por la noche de Castel Gandolfo, donde pasó unas segundas vacaciones.
Dentro, miles de personas con banderas de sus países. También, los matrimonios, esperando a que al final el papa les diese la bendición.
La catequesis giró en torno a un episodio del Evangelio que el papa trasladó a la vida diaria de muchos. Habló de la relación de Jesús y Judas, y de cómo Cristo lo amó aun sabiendo que lo iba a traicionar.
LEÓN XIV
Cuántas relaciones se rompen, cuántas historias se complican, cuántas palabras no dichas quedan en el aire. Sin embargo, el Evangelio nos muestra que siempre hay una manera de seguir amando, incluso cuando todo parece irremediablemente comprometido. Perdonar no significa negar el mal, sino impedir que genere más mal. No es decir que no haya pasado nada, sino hacer todo lo posible para que no sea el rencor el que decida el futuro.
Al terminar la audiencia, el papa hizo la siguiente petición.
LEÓN XIV
Mientras nuestra tierra sigue siendo herida por las guerras en Tierra Santa, Ucrania y muchas otras regiones del mundo, invito a todos los fieles a vivir el día 22 de agosto en ayuno y oración, suplicando al Señor que nos conceda paz y justicia, y que seque las lágrimas de quienes sufren a causa de los conflictos armados en curso.
El 22 de agosto la Iglesia celebra la memoria de Santa María Reina. El papa pidió que ese día se rece por el fin de la guerra.
CA
