El papa comenzó la semana recibiendo a un nutrido grupo de monaguillos franceses, acompañados de sacerdotes y obispos.
Dieron la bienvenida a León XIV con un prolongado aplauso. A la vez, la sala Clementina se inundó del ritmo de una de las canciones más conocidas de la comunidad monástica francesa de Taizé: 'Laudate Dominum'.
El pontífice les habló de la importancia y significado de la Eucaristía.
LEÓN XIV
Y la Iglesia, de generación en generación, preserva cuidadosamente la memoria de la muerte y resurrección del Señor, de la que es testigo, como su tesoro más preciado. Ella lo custodia y lo transmite celebrando la Eucaristía, que ustedes tienen la alegría y el honor de servir.
Pero no todo quedó ahí. El papa León XIV habló sobre la crisis vocacional que existe en Francia y en el mundo. A los jóvenes les animó a estar atentos a una posible llamada.
LEÓN XIV
Hablo a sus conciencias de jóvenes entusiastas y generosos, y les diré algo que deben escuchar, aunque les preocupe un poco: la falta de sacerdotes en Francia, en el mundo, es una gran desgracia. Una desgracia para la Iglesia.
Como de costumbre, al finalizar, el pontífice impartió la bendición a todos los presentes. Tras ello, dio las gracias y les deseó un buen día.
AM