Roma amanecía esta mañana encapotada y pasada por agua pero a pesar del lluvioso temporal, los fieles han vuelto a asistir a la audiencia general como un día normal, eso si, con paraguas en mano.
A pesar del temporal el pontífice también dio su tradicional paseo en papamóvil y bendijo a los niños que le acercaban, fíjense en este entrañable momento
León XIV agradeció a todos su presencia e inició la catequesis semanal. Reflexionó sobre el grito que lanzó Jesús en el momento de la muerte. Dijo que no fue un grito de reproche; sino un grito de súplica.
LEÓN XIV
Queridos hermanos y hermanas: ¡buenos días! Y gracias por vuestra presencia, un hermoso testimonio. Aprendamos también esto del Señor Jesús: aprendamos el grito de la esperanza cuando llega la hora de la prueba extrema. No para herir, sino para encomendarnos. No para gritar contra alguien, sino para abrir el corazón. Si nuestro grito es verdadero, podrá ser el umbral de una nueva luz, de un nuevo nacimiento.
El papa terminó la audiencia semanal impartiendo la bendición a todos los presentes y en especial a los recién casados, niños, enfermos y jóvenes.
BAM