Comienza el segundo capítulo en el juicio del siglo en el Vaticano; un proceso cuya primera fase terminó con 9 condenados, entre ellos, el cardenal Becciu, exnúmero 3 de la Santa Sede y hombre de confianza del papa Francisco.
En el centro del escándalo, una operación inmobiliaria que desangró las arcas de la Santa Sede. La compra-venta de un palacio en Londres, el Sloane Avenue, generó pérdidas devastadoras para el Vaticano de hasta 139 millones de euros.
El resultado, una sentencia en primera instancia que pareció no contentar a nadie: apelaron Becciu y otros imputados, pidiendo la absolución de delitos o reducción de las penas.
Y el Vaticano, representado por Alessandro Diddi, el fiscal, también recurrió la sentencia. Pedía una revisión de condenas y revocar decisiones que dejaron libres a algunos condenados.
Y a esto se suma el IOR, el banco vaticano, que tampoco está de acuerdo con el tribunal. Lo que explican es que se calculó mal el daño de imagen y económico que sufrió esta institución.
Con todo esto sobre la mesa, la semana del 22 de septiembre comenzaron las primeras audiencias del juicio de apelación, que empezó con sorpresa.
Los abogados presentaron un recurso para apartar a Diddi del caso por falta de imparcialidad.
El tribunal admitió dicho recurso, que pasará a la Corte de Casación. Serán los cardenales Farrell, Lojudice, Zuppi y Gambetti los que decidan, sin una fecha límite, qué hacer con Diddi: si seguirá representando al Vaticano o deja el caso.
A esto se suma un segundo golpe al Vaticano. El tribunal ha admitido la apelación presentada por la defensa de los imputados, pero ha rechazado la de Diddi por fallos en los plazos y en la forma de presentar los documentos.
Esto quiere decir que, ahora, el tribunal pondrá en el foco en la apelación de los imputados, por lo que las condenas podrían, en el peor de los casos, quedarse como están o, en el mejor, modificar las penas, reduciéndolas o absolviéndolas.
Una de las reacciones más esperadas ha sido la de Becciu, quien dijo lo siguiente al salir del juicio: “Es una buena señal, pero queda mucho camino por recorrer”. La próxima vista será el 6 de octubre.
CA