Laura Sgrò es abogada y está llevando uno de los casos más mediáticos del Vaticano: el que muchos llaman “Romeo y Julieta”.
Se trata de dos empleados del IOR, la institución financiera vaticana. Ambos querían casarse pero la nueva normativa interna no permite que los dos cónyuges trabajen en la misma entidad. Las relaciones con la empresa se fueron deteriorando hasta que los dos fueron despedidos en octubre de 2024. La pareja impugnó esta decisión que ahora se está revisando en los juzgados del Estado Ciudad del Vaticano.
LAURA SGRÒ
Abogada
Y tenga en cuenta que estos dos jóvenes nunca antes habían creado problemas en el IOR salvo desde que comenzó esta cuestión del matrimonio.
Y han intentado, de verdad lo han hecho; conmigo y por su cuenta, de pacificar la situación pero nunca fueron escuchados.
Aunque si por algo es conocida Laura Sgrò es por ser la abogada que asiste al hermano de Emanuela Orlandi; la joven romana hija de empleados del Vaticano secuestrada en 1983. Tanto las autoridades romanas como las de la Santa Sede han iniciado sus investigaciones paralelas, aunque la abogada lamenta que la comisión vaticana sea demasiado opaca.
Por último, Laura Sgrò está representanto a varias de las mujeres que afirman haber sufrido abusos por parte del exjesuita Marko Ivan Rupnik, el teólogo y artista que durante décadas gozó de gran fama internacional. Es uno de los casos más mediáticos de los últimos años en el Vaticano. El proceso está en la Doctrina de la Fe pero la letrada, en esta entrevista realizada a inicios de septiembre, lamenta la lentitud y la falta de comunicación por parte del dicasterio.
LAURA SGRÒ
Abogada
Mire, lo que me han dicho sobre la Doctrina de la Fe es que la llaman “el portón de la niebla”. Debo decir que no lo sabía pero en este caso de Rupnik francamente constato que es una definición muy pertinente. Porque las cosas funcionan a ritmo muy lento y además con una absoluta falta de comunicación que es desesperante para las víctimas. Quiero subrayar esto porque presenté cinco escritos en abril del año pasado. Han pasado 14 meses y nunca recibí ni una línea de parte del dicasterio. Y me parece que bastaba solo una respuesta tipo “estimado señor abogado: diga a sus asistidas que hemos recibido la información y que estamos trabajando en ello”.
No lo dice solo ella. Desde el departamento vaticano encargado de sensibilizar a la Iglesia sobre la cuestión de los abusos hicieron presente algo parecido en octubre de 2024.
MONS. LUIS ALÍ HERRERA
Secretario, Pont. Com. para la Tutela de Menores
La queja permanente, constante, es la falta de comunicación. Comienza un proceso canónico y después muchas de estas víctimas no saben absolutamente nada de este proceso. Esta misma situación, esta misma queja, no solo lo dicen de los organismos de la curia romana, sino de las iglesias particulares, las diócesis, de los encargados de sus procesos canónicos.
De hecho, la abogada señala la importancia de actuar con rapidez en casos como este; donde las mujeres que defiende llevarían sufriendo en silencio durante décadas.
Con la abogada Sgrò también hablamos de la polémica de si se deben cubrir, destruir o dejar las obras de arte que Rupnik ha realizado. Responde que las víctimas piden que se cambie de lugar.
LAURA SGRÒ
Abogada
No queremos borrar nada, no queremos destruir nada. Pedimos que ante un altar donde un fiel se arrodilla para entrar en contacto directo con Nuestro Señor, lo pueda hacer con tranquilidad. Y esto no sucede.
¿Es posible separar el arte del abuso? Porque tenemos una obra de arte que es, por ejemplo, un mosaico tras un altar. Y tenemos el testimonio de una víctima que dice que sufrió abusos justo mientras trabajaba en ese mosaico, en ese sitio, en esa Iglesia, en un andamio a 10 metros de altur
Rupnik hasta ahora no se ha pronunciado al respecto. Ni reconoce los actos ni se declara inocente. Por el momento los jesuitas han decidido expulsarle por no colaborar con la investigación, rompiendo el voto de obediencia.
JRB