Tras el anuncio del acuerdo de paz entre Hamás e Israel, difundido en todo el mundo, los líderes católicos respondieron con alegría y apoyo.
Sin embargo, para quienes trabajan de cerca con el pueblo gazatí, las necesidades inmediatas de la región son evidentes y deben abordarse para lograr una paz duradera en la Franja de Gaza.
El Patriarca Latino de Jerusalén, el Cardenal Pizzaballa, después de expresar su alegría por el alto el fuego, enfatizó la necesidad de la “entrada incondicional de ayuda suficiente” para el pueblo de Gaza.
Asimismo, en un comunicado oficial publicado en el sitio web del Patriarcado Latino de Jerusalén, se reiteró la gran necesidad de ayuda y de “refugios temporales y centros médicos” para apoyar el restablecimiento de la población.
No obstante, el alto el fuego entre Israel y Hamás es tenso. De hecho, el párroco de la única iglesia católica en Gaza, el padre Gabriel Romanelli, habló de su “esperanza silenciosa” y de los problemas que aún persisten en la región.
P. GABRIEL ROMANELLI
Párroco de la Sagrada Familia
Ha llegado la noticia de que se ha alcanzado un acuerdo para la primera fase, la primera etapa de lo que sería una especie de proceso de pacificación; el fin de esta guerra y, finalmente, la paz en Gaza y —dicen algunos— en toda la región, si Dios quiere. Aun así, mientras grabo esto, todavía se escuchan bombas, todavía caen proyectiles.
Aun así, este tratado de paz representa el primer signo de esperanza para la región en mucho tiempo. Varias otras instituciones católicas importantes, como la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, elogiaron el trabajo diplomático detrás del acuerdo de paz y pidieron priorizar la “asistencia humanitaria para el pueblo de Gaza, así como la reconstrucción de la Franja.”
CRT
TD: BAM
