El papa habla sobre cómo la resurrección de Jesús puede curar la tristeza que muchas veces sentimos. A partir del relato de los discípulos de Emaús, nos recuerda que nuestro corazón se llena de esperanza y alegría
RESUMEN DE LA CATEQUESIS PÚBLICA SEMANAL EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy continuamos reflexionando sobre la resurrección de Jesucristo. Este acontecimiento central de nuestra fe puede curar una de las enfermedades de nuestro tiempo, que es la tristeza. Se trata de un sentimiento de pena y vacío que nos lleva a perder el sentido y la fuerza de la vida, provocando en nuestros corazones desolación y desesperanza.
Un ejemplo de cómo Jesús sana nuestra tristeza podemos encontrarlo en el relato de los discípulos de Emaús. Después de la muerte de Jesús, ellos se van de Jerusalén. En el camino, el Señor sale a su encuentro, escucha su aflicción y, como la tristeza no les deja reconocerlo, les explica las Escrituras, para que comprendan el misterio de la cruz y sus corazones se abran a la esperanza. Por eso, a pesar de que cae la noche, los discípulos le piden que se quede con ellos y, al reconocerlo en la fracción del Pan, renace la alegría. Jesús ha resucitado y eso cambia todo. Él nos ha salvado y nos salva, infundiendo una nueva esperanza en nuestras vidas. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor que sepamos reconocer su presencia en el camino de nuestra vida, especialmente en los momentos de tristeza y oscuridad, y que la alegría de la Pascua sea el distintivo de nuestro compromiso misionero.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.