Esta fue la entrada de los reyes de Inglaterra en San Pablo Extramuros, una basílica con grandes vínculos con la corona británica.
Fue hace siglos cuando gobernantes sajones contribuyeron al mantenimiento de las tumbas de los apóstoles en Roma. Y, más tarde, se reconoció a esta Casa Real como protectora de la basílica.
Por eso, la visita de los reyes es histórica, y representa un gesto ecuménico entre católicos y anglicanos.
A Carlos, durante este evento, se le declaró 'cofrade real', un honor que aprobó el papa León, y que se calificó como un gesto de hospitalidad y comunión espiritual.
El rey se sentó en un trono, creado para esa ocasión, que lleva el escudo real y una inscripción que dice, traducido del latín, “para que sean uno”.
A esto le siguió la visita la monasterio anexo a la basílica, donde les explicaron algunos de los textos antiguos que se conservan.
CA