El papa León XIV recibió en audiencia al rey Felipe de Bélgica y a la reina Matilde en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Durante su encuentro, compartieron un rato de conversación y se produjo el intercambio de regalos en el que por supuesto estaba incluida una caja de chocolates belgas.
La monarca lució un vestido blanco, respetando el “privilegio del blanco”. Este es un honor reservado solo para las soberanas y consortes procedentes de casas reales de origen católico.
Este privilegio lo comparten solamente 7 mujeres, entre ellas están la reina de España, la princesa de Mónaco y la gran duquesa de Luxemburgo.
Fue el segundo encuentro oficial entre el Pontífice y los soberanos belgas, el primero fue tras la misa de inauguración de pontificado en mayo de 2025.
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