El papa reconoció que el sínodo atraviesa tensiones pero pidió confianza y paciencia para que se resuelvan.
Lo dijo en la homilía del jubileo dedicado a los trabajadores del sínodo. Allí señaló que era importante fiarse del Espíritu Santo para que muestre el camino que evite conflictos dentro de la Iglesia.
LEÓN XIV
Esto nos ayudará a vivir con confianza y con un espíritu renovado las tensiones que atraviesan la vida de la Iglesia —entre unidad y diversidad, tradición y novedad, autoridad y participación—, dejando que el Espíritu las transforme, para que no se conviertan en contraposiciones ideológicas y polarizaciones dañinas. No se trata de resolverlas reduciendo unas a otras, sino de dejar que el Espíritu las fecunde, para que se armonicen y se orienten hacia un discernimiento común.
En general en sus discursos sobre el sínodo el papa no dejó de recordar a su predecesor, a Francisco.
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