Lo que al principio parecía una amenaza ha llegado para quedarse. Es el desafío de la Inteligencia Artificial, sobre la que la Iglesia también ha puesto el foco, comenzando por el propio León XIV.
LEÓN XIV
No hay que olvidar que la inteligencia artificial funciona como una herramienta para el bien de los seres humanos, no para disminuirlos, no para sustituirlos. Lo que está surgiendo es, de hecho, un reto importante, que requiere gran atención y previsión para proyectar, también en el contexto de los nuevos escenarios, estilos de vida sanos, justos y saludables, especialmente por el bien de las generaciones más jóvenes.
Y las escuelas católicas se han puesto en marcha dando un paso decisivo: integrar la IA en la docencia, eso sí, con criterios éticos y humanistas.
JUAN ANTONIO OJEDA
Director de proyectos educativos (OIEC)
El gran reto es usarla adecuadamente. Si se usa adecuadamente, los profesores, por ejemplo, pueden ganar tiempo; un tiempo que pueden invertir en acompañar, guiar, atender a las necesidades de los alumnos, que muchas veces es la burocracia del docente le lleva a distanciarse de esa realidades, les permite conocer, tener más datos para mejor adecuar el proceso de enseñanza y aprendizaje, le permite orientar... Todo esto dentro de unos parámetros de ética, de justicia, de solidaridad.
Para hacerlo realidad, la Oficina Internacional de la Educación Católica, en alianza con otras entidades, ha impulsado Educación Católica 5.0.
Se trata de un proyecto internacional que pone a disposición de los centros católicos que lo deseen herramientas educativas de vanguardia, seleccionadas por su valor pedagógico, impacto real y coherencia con los valores cristianos.
HERVÉ LECOMTE
Secretario general (OIEC)
No es únicamente trabajar sobre la Inteligencia Artificial, pero es la evolución que genera todas estas evoluciones. Es esto. Es hablar de dónde estamos. Es hablar de Antiqua et Nova, de Dilexit nos, de la evolución de lo que dice la UNESCO y de cómo podemos ayudar a los profesores docentes y a los alumnos.
Con 210.000 escuelas y 68 millones de estudiantes en todo el mundo, la red de la OIEC tiene la escala necesaria para que este proyecto convierta la IA en una oportunidad pedagógica y humana al servicio de cada alumno.
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