Poco antes de desplazarse a Nicea el papa lanzó una advertencia: dijo que se están repitiendo las herejías que afrontó el concilio del que iba a celebrar, horas después, el 1.700 aniversario.
LEÓN XIV
Hay, sin embargo, otro desafío, que definiría como un “regreso del arrianismo”, presente en la cultura actual y a veces hasta en los propios creyentes, cuando se ve a Jesús con admiración humana, incluso aún con espíritu religioso, pero sin considerarlo realmente como el Dios vivo y verdadero presente entre nosotros.
Al mismo tiempo el papa reflexionó sobre cómo fe cristiana se desarrolla al dialogar con nuevos contextos culturales e históricos
Dijo que aunque el cristianismo pueda parecer algo estático, en realidad no lo es.
LEÓN XIV
En esto aprendemos una gran lección. Siempre es necesario mediar la fe cristiana en los lenguajes y categorías del contexto en el que vivimos, como lo hicieron los Padres en Nicea y en los otros concilios. Al mismo tiempo, debemos distinguir el núcleo de la fe de las fórmulas y formas históricas que lo expresan, las cuales siempre son parciales y provisorias, y pueden cambiar a medida que profundizamos en la doctrina.
De hecho, el Concilio de Nicea abrió campos de reflexión en la Iglesia. Y sucesivos concilios profundizaron o matizaron lo que se dijo allí.
León XIV pronunció estas reflexiones durante el encuentro que tuvo con obispos, sacerdotes y religiosos de Turquía en la Catedral latina del Espíritu Santo. En este lugar, abierto al culto en el siglo XIX, se custodian reliquias del segundo papa de la historia, el mártir San Lino, sucesor directo del apóstol Pedro.
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