Aunque este año se ha hecho esperar más que otros, ha llegado uno de los momentos más especiales del Adviento.
A las cinco de la tarde, hora romana, la plaza de San Pedro se llenó de luz por el encendido del abeto navideño y la inauguración del pesebre ante la basílica.
La plaza entera y su imponente columnata de Bernini se llenaron de peregrinos que se habían dado cita en el corazón de la cristiandad para ser testigos de este mágico momento.
La ceremonia de encendido contó con la presencia de la presidenta del Governatorato del Estado Ciudad del Vaticano, Rafaella Petrini.
El pesebre elegido esta Navidad, fue elaborado en la diócesis de Nocera Inferiore – Sarno, al sur del país transalpino. En él, se representan monumentos característicos de su lugar de procedencia y también se recrean elementos del arte paleocristiano.





















