CVII (II): ¿Qué es el sacerdocio común de los fieles?

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29/12/2025
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El Vaticano II fue el último concilio que celebró la Iglesia católica, abriendo nuevos horizontes en la vida eclesial.

Por ejemplo, el rol de los laicos. En concreto, entender el sacerdocio común de los fieles frente al sacerdocio ministerial, que solo posee el clero.

JUAN CARLOS GARCÍA
El sacerdocio común viene inscrito con el carácter sacramental en la celebración del bautismo. Ese es el origen. Y esa es, digamos, identidad común a todos los cristianos.

Desde siempre, la Iglesia ha custodiado el sacerdocio común de los fieles, pero no fue hasta que se celebró este concilió cuando llegó a su punto álgido.

En el Concilio de Trento, se puso especial atención en el clero, dejando de lado los fieles, aunque por un motivo. El objetivo era combatir la doctrina protestante, que despreciaba el sacerdocio ministerial.

Durante el Vaticano I, se desarrolló el papel del sucesor de Pedro, el papa. Pero no fue hasta el Vaticano II donde la atención se desvió hacia los fieles. En él, se explicó cómo se conjuga el sacerdocio común de los laicos junto al sacerdocio ordenado del clero.

JUAN CARLOS GARCÍA
El Vaticano II ha puesto de relieve la plenitud del sacramento del ministro ordenado que es el obispo y frente al clericalismo, que había tenido exageraciones en algunos momentos de la tradición de la Iglesia, lo que ha hecho ha sido poner el laicado.

Un cambio de paradigma que, lejos de mantener las estructuras anteriores al concilio, supuso un cambio en el seno eclesial. Sin embargo, el Concilio Vaticano II fue una continuidad de la tradición de la Iglesia.

JUAN CARLOS GARCÍA

A mí no me gusta pensar que hay una iglesia antes del concilio y otra después del concilio. Hay la Iglesia de Jesucristo.

Los cambios del Vaticano II, donde primero fueron visibles, fue en el ámbito litúrgico, buscando la participación activa de los fieles. Por ejemplo, dos de los más notables fueron pasar del latín a la lenguas vernáculas, o cambiar la orientación en la misa: el sacerdote ya no estaría de espaldas, sino mirando a los fieles.

RAMÓN NAVARRO

Eso no significa que el sacerdote sea la única persona importante de la asamblea o el único que celebra. El sacerdote celebra y preside, el resto de la asamblea celebra. Entendiendo por celebrar ese encuentro con Cristo a través de signos, de gestos y de palabras en los que tiene que participar. El pueblo no debe quedar mudo cuando tiene que hablar, por ejemplo.

La participación de los fieles no solo queda en la palabra, también afecta al aspecto musical de la celebración litúrgica. Los cantos para la Eucaristía deben estar pensados para la participación del pueblo.

MARCO FRISINA

Bueno, la mayor novedad del Concilio Vaticano II fue la idea de la participación activa, de que el pueblo de Dios es un sujeto vivo de la liturgia, no solo pasivo, sino activo. Y esto cambió mucho la perspectiva. Por eso escribo pensando siempre en el pueblo de Dios.

Por lo tanto, se trata de una gran novedad, también inspiradora, porque para un compositor significa descubrir nuevas formas de decir las cosas de siempre. La liturgia es algo eterno, pero cada vez podemos convertirla en algo contemporáneo y esta es una forma de hacerlo.

Por tanto, el sacerdocio ministerial carece de valor si no se enfoca en los fieles. El sacramento del orden no lo reciben para sí, sino para que se ejerza en servicio de la comunidad. Dos formas de sacerdocio que, lejos de confrontarse, se complementan.

AM/CA/JRB

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