Calor sofocante en Roma, pero ni siquiera eso frenó la agenda papal… o quizá sí, porque julio fue el mes en que un pontífice volvió a pisar Castel Gandolfo, la histórica residencia de verano de los papas.
León XIV llegó en coche, pero a pocos metros de su casa decidió bajar y recorrer el último tramo a pie. La calle que conduce a la residencia estaba repleta de gente.
Nadie quiso perderse su llegada. La ciudad llevaba semanas preparándose para volver a acoger a un pontífice.
Estamos felices de acoger al papa aquí en Castel Gandolfo y contentos por su regreso. Su presencia, en mi opinión, es una bendición para estos lugares de los Castelli Romani. Estamos realmente contentos de que haya vuelto.
A lo largo de estos días no faltó actividad diplomática: el papa recibió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y habló por teléfono con el primer ministro israelí y el presidente palestino tras el ataque a la parroquia católica de Gaza.
Además, mantuvo varios encuentros oficiales, como el de este grupo de ortodoxos y católicos de Estados Unidos que peregrinan juntos.
Y, pocos días antes de que terminara el mes, llegó uno de los momentos más esperados del calendario jubilar: el Jubileo de los Jóvenes.
La primera toma de contacto del papa con los peregrinos fue durante esta misa en la Plaza de San Pedro, donde apareció por sorpresa.
LEONE XIV
Jesus tells us: “You are the salt of the earth”, “You are the lights of the world!” ¡Vosotros sois la sal de la tierra, luz del mundo! Y hoy sus voces, su entusiasmo, sus gritos, que todos son por Jesucristo, y ¡los van a escuchar hasta el fin del mundo!!
El papa se despidió y prometió reencontrarse con los jóvenes en Tor Vergata
BAM












