Las vacaciones llegan para todos, incluido León XIV. El papa ha retomado la tradición de veranear en Castel Gandolfo, un pueblo a unos 25 kilómetros de Roma donde estará hasta finales de julio.
El pontífice no estará en el palacio apostólico, que Francisco convirtió en un museo en 2016, sino que descansará en esta residencia que ven.
Es Villa Barberini, el lugar donde antes se hospedaban el secretario de Estado y el prefecto de la Casa Pontificia. Es por eso que en las últimas semanas la han tenido que reformar para la llegada del nuevo papa.
Y fíjense en estas vistas privilegiadas porque si por algo destaca Castel Gandolfo, es por su lago de aguas cristalinas, que ocupa justo el cráter de un antiguo volcán activo.
Pero León XIV parece que no verá directamente el lago desde su habitación. Lo que señalan algunos locales es que su dormitorio dará a la parte interior por motivos de seguridad, ya que la villa da directamente a la calle.
De hecho, fuentes del Vaticano señalan a este medio que han tenido que reformar tanto el cuartel de la Guardia Suiza como el de la Gendarmería. Hacía tanto que no iba un papa, que su estado ha tenido que pasar por un lavado de cara.
A los vecinos del pueblo no les extraña que León XIV haya decidido volver a Castel Gandolfo. Lo definen como el lugar perfecto para desconectar.
MARIO PASTRANA
Castel Gandolfo es simplemente tan hermoso, tan tranquilo, está junto a un lago. No sé… si no has estado aquí, realmente lo recomiendo. Puedes ver kilómetros y kilómetros de un lago precioso. Es fresco y se ve tan bonito, y toda la gente es realmente encantadora. Es mucho más tranquilo que Roma, es como si todo estuviera en cámara lenta. Es un lugar realmente bueno para relajarse. Creo que a veces un Papa necesita desconectarse un poco, alejarse. Quiero decir, es una persona como cualquier otra, así que también necesita un lugar donde pasar unas vacaciones, y este es el mejor lugar para eso.
Además, el papa podrá aprovechar para practicar deporte. Los jardines cuentan con una pista de tenis. También, podrá usar la piscina cubierta que mandó a construir Juan Pablo II.
Con la vuelta de un papa a Castel Gandolfo, se podría decir que este pequeño pueblo ya ha recuperado su tradicional apodo: vuelve a ser el segundo Vaticano.
BAM