En el Vaticano se ha inaugurado una iniciativa poco común: una sala de escucha dentro de la Basílica de San Pedro. El objetivo es ofrecer un espacio donde peregrinos, turistas e incluso personas alejadas de la fe puedan expresar sus dudas, inquietudes y búsquedas espirituales. Así lo explicaba en una entrevista con medios de la basílica el secretario de la Fábrica de San Pedro, monseñor Orazio Pepe. MONS. ORAZIO PEPE Secretario, Fábrica de San Pedro Es un lugar donde las personas pueden acudir para ser escuchadas. Hay un religioso, una religiosa, y estas personas generalmente vienen para expresar lo que llevan en su interioridad. Y está abierto a todos: peregrinos, gente de otras religiones e incluso personas que ya no creen o que tienen dificultades en su vida de fe. Orazio además confiesa que es un lugar con una magia especial, un servicio distinto que se centra en nada más que en la escucha del que llega, algo que levanta muchas emociones y alguna que otra lágrima MONS. ORAZIO PEPE Secretario Fábrica de San Pedro Muchas personas tienen la dificultad de hacerse escuchar, de sentirse aceptadas, ya que todos estamos un poco apresurados y no damos tiempo al otro. Así que este punto de escucha está dedicado a quienes desean ser escuchados. No se trata de un confesionario, sino de un servicio distinto, abierto también a quienes no son católicos o ya no practican su fe. El proyecto se enmarca en el Año Santo de la Iglesia Católica y busca ser un signo de apertura y cercanía. BAM |