El jubileo de la espiritualidad mariana congregó a miles de fieles en la Plaza de San Pedro en el que sería el primer rosario convocado por el papa León XIV para rezar por la paz.
Además, este momento contaba con una invitada especial: La Virgen de Fátima. La imagen original se había trasladado desde su santuario en Portugal hasta el Vaticano.
Al terminar, ocurrió esto
Una imagen que levantó la emoción de los presentes. Este especial momento lo acompañaron posteriormente las palabras del papa
LEÓN XIV
Queridos hermanos y hermanas: nos hemos reunido en oración, esta noche, junto con María la Madre de Jesús, como solía hacerlo la primera Iglesia de Jerusalén. Todos unidos, perseverantes y con un mismo sentir, no nos cansamos de interceder por la paz, don de Dios que debe convertirse en nuestra conquista y nuestro compromiso.
El papa había convocado este rosario especial para rezar por la paz en el mundo.
LEÓN XIV
Desarma la mano y, antes aún, el corazón. Como ya he mencionado en otras ocasiones,
la paz es desarmada y desarmante. No es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo. No llegará como fruto de victorias sobre el enemigo, sino como el resultado de sembrar justicia e intrépido perdón.
El momento de oración concluyó con la adoración a la Eucaristía y la bendición impartida por el pontífice.
BAM