Este gesto que ven seguro que no pasa desapercibido cuando acuden a Misa.
Varios sacerdotes concelebrando durante una Eucaristía. Y, aunque parezca normal, esto solo sucede desde hace 60 años en la liturgia romana.
De hecho, ¿se han fijado que en un templo hay varios altares? No solo está el principal. Esto tiene una explicación.
Era lo habitual antes del Concilio Vaticano II. En una misa, solo podía celebrar un sacerdote. Si había más, cada uno lo hacía de forma individual en los diferentes altares laterales.
Pero vayamos a la Iglesia primitiva. Aquí sí existía la concelebración, pero no entre presbíteros; solo con el obispo.
Al no haber libros litúrgicos, el prelado improvisaba la oración y el resto de sacerdotes estaba en el altar, pero en silencio. Esta práctica fue decayendo hasta que desapareció por completo en el siglo VIII.
Fue el Concilio Vaticano II el que la recuperó, pero con dos novedades, que quedaron recogidas en la constitución 'Sacrosanctum Concilium'.
La primera: ahora los sacerdotes tienen la posibilidad de concelebrar entre sí, en vez de hacerlo individualmente en diferentes altares.
La segunda: que ahora sí pueden recitar la oración durante la concelebración porque ya no se improvisa como antes, sino que todo está plasmado en los libros litúrgicos y, por tanto, se puede ir leyendo.
Por ejemplo, en la misa crismal del Jueves Santo, miren cómo los sacerdotes elevan las manos y escuchen cómo acompañan en alto la plegaria eucarística.
Pero volviendo al Concilio, fue ahí donde se concelebró con estas reformas por primera vez. Fue el 26 de septiembre de 1965 en el altar de la Confesión de la basílica de San Pedro.
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