Valió la pena que sus padres desafiaran el calor romano, porque los peregrinos más pequeños consiguieron la bendición del Papa.
Luego, en su catequesis, Francisco recordó la importancia de querer y de ser queridos, porque nadie puede vivir sin amor, y cuando falta, tiene serias consecuencias.
FRANCISCO
'Cuando quien no es amado o no se siente amado es un adolescente, puede surgir la violencia. Detrás de tantas formas de odio social y vandalismo a menudo hay un corazón que no se siente reconocido. No hay niños malos, ni tampoco adolescentes malvados, sino personas infelices'.
El Papa aseguró que Dios da el primer paso, porque quiere a cada persona con un amor incondicional, independientemente de sus pecados. Lo comparó con el amor de las madres.
FRANCISCO
'Una madre sigue amando a su hijo, aunque el hijo esté en la cárcel. Una madre no pide que no se haga justicia humana, porque cada error exige la redención, pero una madre no para jamás de sufrir por su propio hijo. Lo ama incluso cuando peca. Dios hace lo mismo con nosotros: somos sus hijos amados'.
El Papa se salió del texto que tenía preparado para preguntar a la gente cuál es la cura para un corazón infeliz.
FRANCISCO
'¿Cuál es la medicina que cura a un corazón infeliz?'
'El amor'.
'¡Más fuerte!'
'¡El amor!'.
'Muy bien, ¡muy bien todos!'
Y después de recordar que el amor provoca siempre amor, el Papa se despidió recordando a San Antonio de Padua, cuya fiesta se celebró el 13 de junio.
JC/JMB
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