Los obispos caldeos celebran estos días en Roma el sínodo de la Iglesia caldea. Como parte de este encuentro, se reunieron en el Vaticano con Francisco.
Fue el patriarca caldeo, Luis Rafael Sako, quien expresó al Papa la preocupación de la Iglesia caldea por la convulsa situación en Oriente Medio.
“Con la esperanza de que todo se resuelva con el diálogo y el respeto de los derechos humanos de todos y no con la guerra”.
Francisco les invitó a ser constructores de unidad, especialmente en Irak, para que quienes tuvieron que huir de sus casas amenazados por los yihadistas, puedan volver.
FRANCISCO
“Es necesario un proceso de reconciliación nacional y un esfuerzo conjunto de todos los miembros de la sociedad para llegar a una solución común para el bien de todo el país”.
Francisco alabó la tenacidad y el valor de estos pastores que siempre mantuvieron la esperanza y sufrieron al lado de la gente cuando se produjo la invasión del autoproclamado Estado Islámico.
También les pidió que continúen trabajando como hasta ahora, tanto por los que se quedaron como por los que se fueron de la región, para que sean una única comunidad pese a la distancia.
La Iglesia caldea está en comunión con Roma y cuenta con unos 550.000 miembros. Están repartidos en Irak, Siria, Líbano, Irán, Turquía, Egipto y hay una importante diáspora en países como Francia o Estados Unidos.
