Como cada año, el Vaticano se engalana para la llegada de la Navidad con un belén y un árbol cuyo origen es muy especial. Este 2023, todo proviene de distintas regiones italianas.
El nacimiento que se expondrá en la plaza de San Pedro tiene un significado único. Busca revivir el ambiente de la Navidad de 1223, cuando San Francisco de Asís volvió de un viaje a Tierra Santa y decidió realizar la primera representación del pesebre de la historia. Fue en un pueblo que le recordaba a Belén, Greccio, cuando se cumplen este 2023 justo 800 años de aquel momento.
El papa Francisco visitó en 2019 este pequeño pueblo del centro de Italia con apenas 1500 habitantes.
FRANCISCO
El belén, que San Francisco realizó por primera vez en este pequeño espacio, a imitación de la estrecha gruta de Belén, habla por sí solo. No es necesario multiplicar aquí las palabras, porque la escena que se pone ante nuestros ojos expresa la sabiduría que necesitamos para captar lo esencial.
La obra ha sido creada por Francesco Artese, un artista especializado en belenes. El nacimiento tendrá figuras a tamaño real y el agua tendrá un papel protagonista representando el río Velino, que va desde este lugar hasta Roma.
Pero este no será el único belén que se instale en el Vaticano. En el aula Pablo VI, como cada año, habrá otro nacimiento. Este 2023 estará hecho de teselas de cristal veneciano e incorporará, además de la Sagrada Familia, las figuras de San Francisco y Santa Clara. La obra es del artista del mosaico Alessandro Serena.
Los peregrinos que pasen por San Pedro en la época navideña podrán ver el abeto de casi 25 metros de altura del valle Maira, en la provincia de Cuneo, al norte de Italia. Este árbol contará con un gran número de flores blancas, características de esta zona.
La presentación tendrá lugar el 9 de diciembre en la plaza de San Pedro a las cinco de la tarde. El árbrol y el belén estarán durante toda la Navidad, hasta el 7 de enero.
CA