Toda Roma está siendo objeto de mejoras de cara al Jubileo de 2025: desde obras en las carreteras y nuevas calles hasta el baldaquino de la Basílica de San Pedro. Y de aquí a septiembre, la famosa Piedad de Miguel Ángel también estará en obras.
O mejor dicho: no se restaurará la escultura sino que se sustituirá el cristal que la protege. La idea es mejorarlo de cara al próximo Año Santo, cuando se espera un aumento significativo del número de visitantes.
Las obras comenzaron el 27 de mayo y está previsto que terminen a finales de septiembre. El nuevo cristal estará dividido en nueve partes y estará a prueba de balas. El Vaticano asegura que un equipo de expertos la ha diseñado con la máxima calidad y transparencia.
La vidriera actual se instaló en 1973 y se terminó cuatro años después, en 1977.
