4 de cada 10 cardenales que vota en el cónclave son europeos. Contando a Italia, Europa sigue siendo el continente con más purpurados.
El cardenal con más edad del cónclave es de España. Carlos Osoro, el emérito de Madrid, tiene 79 años. Cumple los 80 el 16 de mayo, por lo que entrará a la Sixtina rozando el límite para votar. Por el contrario, también de Madrid, José Cobo, uno de los más jóvenes con 59 años.
Siguiendo con los más nóveles, hay otros dos que no superan tampoco los 60 años. Son perfiles cercanos y de periferias europeas.
Se trata de Bustillo, al frente de la diócesis de Ajaccio, en Córcega; un lugar al que llaman el 'oasis' de los católicos en Francia. Y Américo Aguiar. Periodista y expolítico, fue el encargado de organizar la JMJ de Lisboa. Ahora, dirige una pequeña diócesis portuguesa.
Bastantes europeos también están en altos cargos de la curia. Por ejemplo, son prefectos de dicasterios los cardenales Krajewski, de Polonia o Tolentino de Mendonca, de Portugal.
De los cardenales de más antigüedad destaca el alemán Müller, exprefecto de la Doctrina de la Fe, quien, en ocasiones, no ha tenido reparos en criticar públicamente la gestión del papa Francisco.
Otro purpurado veterano es Peter Erdö, arzobispo de Budapest. Es uno de los nombres que más ha sonado en las últimas semanas.
De Suecia viene el cardenal Arborelius, arzobispo de Estocolmo. Fue el primer obispo sueco desde la reforma protestante. Su familia era luterana y se convirtió al catolicismo con 20 años para ser cura. Su diócesis es periferia europea. Solo hay un 2% de católicos.
De Francia, tuvo más protagonismo en los últimos años el cardenal de Marsella, Aveline. Es muy cercano a temas sociales, como la migración en el Mediterráneo, algo que le toca mucho porque su familia también fue de migrantes.
CA