Es una de las pocas veces que se deja ver por Roma en público. Pero aquí lo ven de nuevo. El obispo nicaragüense Rolando Álvarez reapareció en el marco del Jubileo de los Jóvenes.
Lo hizo para encontrarse con unos 140 peregrinos de la diócesis española de Sigüenza-Guadalajara. El motivo era preparar la jornada penitencial previa a la vigilia en Tor Vergata.
De todos los temas que podía elegir para compartir con ellos, decidió hablarles del perdón.
Y esta es la catequesis que les dirigió. Rolando Álvarez la cedió personalmente a este medio al terminar el coloquio con los jóvenes.
Como ven, está escrita a ordenador y subrayada a bolígrafo con algunas anotaciones. En ella, se pueden leer reflexiones como estas, en la que habla de cómo el diablo siempre intenta destruir.
Parece que es más fuerte aferrarse al odio que al amor que al amor y este es precisamente -afirma el papa Francisco- el “tesoro” del diablo.
Parece que la riqueza propia del diablo es esta: sembrar el no-perdonar, vivir apegados al no-perdonar. Y el perdón es condición para entrar en el cielo.
Que Rolando hable del perdón es muy significativo. Su vida no ha sido fácil. Fue exiliado de Nicaragua en enero de 2024, junto a un grupo de sacerdotes y seminaristas.
Antes, llegó a estar en prisión. En su país lo condenaron a 26 años de cárcel, pero gracias a la diplomacia vaticana consiguió llegar a Roma, donde ha mantenido la discreción y ha adoptado un perfil bajo.
CA/JRB