La Archidiócesis de Chicago tiene unos premios que se llaman 'Mantener la esperanza viva'. Es su principal iniciativa para recaudar fondos y de apoyo a asuntos humanitarios.
En septiembre, se anunció que el cardenal Cupich iba a premiar al senador Richard Durbin por su trabajo y trayectoria en temas migratorios.
Una decisión que desató la polémica entre los católicos estadounidenses, incluidos los obispos, por las posturas pro-aborto de este legislador del partido demócrata en Illinois.
Algunos de los prelados llegaron a afirmar públicamente que Durbin no era apto para este reconocimiento o, también, que esto confundiría a los fieles en la doctrina social de la Iglesia, que rechaza la práctica del aborto.
La controversia llegó incluso hasta la Santa Sede. Al papa León, en Castel Gandolfo, la prensa le preguntó por su postura. Lo primero que selañó el pontífice es que no estaba familiarizado con el caso y añadió lo siguiente.
LEÓN XIV
Entiendo la dificultad y las tensiones, pero creo que, como yo mismo he dicho en otras ocasiones, es importante tener en cuenta muchas cuestiones relacionadas con las enseñanzas de la Iglesia. Alguien que dice estar en contra del aborto, pero a favor de la pena de muerte, no es realmente pro-vida. Lo mismo ocurre con alguien que dice estar en contra del aborto, pero está de acuerdo con el trato inhumano que se da a los inmigrantes que se encuentran en los Estados Unidos. No sé si eso es ser pro-vida. Son cuestiones muy complejas. No sé si alguien tiene toda la verdad sobre ellos, pero yo pediría, ante todo, que haya un mayor respeto mutuo.
De hecho, lo que el cardenal Cupich ha reiterado en este tiempo es que el galardón se centraba únicamente a la contribución del senador en la reforma migratoria.
CARDINALE CUPICH
Es importante dejar claro que sería erróneo interpretar las decisiones sobre el evento 'Mantener la esperanza viva' como una moderación en nuestra postura sobre el aborto. Afirmamos firmemente lo que el Catecismo de la Iglesia Católica establece claramente.
Después de todo el revuelo, el senador decidió rechazar el premio. El cardenal Cupich dijo que le entristecía la decisión, pero que la respetaba.
En cualquier caso, para el purpurado el asunto no está cerrado. En un comunicado, señala que toda la controversia dice haberle servido para hacer una propuesta: le gustaría hacer reuniones sinodales para que los fieles experimenten con respeto la escucha y el debate sobre estos asuntos.
CTR/CA
