El sacerdote, explicó el Papa a los obispos italianos, debe tener en muy cuenta la dimensión comunitaria de la Iglesia. Su vida sacrificada nutre al pueblo que se le ha encomendado y al mismo tiempo, este alimenta su fe.
FRANCISCO
'El pastor es convertido y confirmado por la fe sencilla del pueblo santo de Dios, con el que trabaja y en cuyo corazón vive. Esta pertenencia es la sal de la vida del sacerdoteâ?.
En un mundo individualista el Papa dijo que es importante valorar la actitud relacional de los candidatos al sacerdocio. Estos deberán salir al encuentro de la gente y dejarse encontrar por su pueblo.
FRANCISCO
'En este tiempo pobre de amistad social nuestro primera obligación es construir comunidad. La actitud relacional es, por tanto, un criterio decisivo de discernimiento vocacionalâ?.
El último punto clave de la vida de un pastor de la Iglesia, señaló el Papa, es la fraternidad con los demás sacerdotes. Dijo que que los que no son capaces de sacrificarse ni por ellos ni por su pueblo son los que producen tristeza.
FRANCISCO
'Calculan, sopesan, no arriesgan nada por miedo a perder... Son los más infelices. Nuestro sacerdote, en cambio, con sus límietes, es uno que se lo juega todo: en las condiciones concretas en las que la vida y el ministerio le han colocado se ofrece gratuitamente, con humildad y alegríaâ?.
Francisco también habló de la gestión de las estructuras y bienes económicos que los sacerdotes tengan entre manos. Dijo que deben mantenerse solo los que puedan servir al pueblo para que experimente la fe y la caridad.
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