Francisco escribe a las familias: Sueño con una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre

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30/03/2017
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Francisco ha escrito a los organizadores del mayor evento promovido por la Iglesia después de la JMJ: Encuentro Mundial de las Familias. Será en 2018, del 21 al 26 de agosto, en Dublí­n. En ella Francisco escribe su prioridad: 'Sueño con una Iglesia en salida, no 'autorreferente', una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordiaâ?.

Los organizadores del encuentro presentaron el mensaje en el Vaticano. Se trata del cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, y el arzobispo de Dublí­n, Diarmuid Martin.

ARZ. DIARMUID MARTIN

Arzobispo de Dublí­n (Irlanda)

'Francisco comienza su carta explicando su sueño para la Iglesia y después dice que la familia es fundamental para que ese sueño se realice. El Papa quiere aprovechar este evento para ayudar a reflexionar sobre la importancia de la estabilidad y el amor en la familia y sobre el papel de la familia en la sociedadâ?.

Los organizadores dicen que el Encuentro Mundial de las Familias es una oportunidad para recordar la importancia de la preparación antes del matrimonio y acompañar a los matrimonios para superar los desafí­os del mundo de hoy.


CARD. KEVIN FARRELL

Prefecto, Dicasterio para Laicos, Familia y Vida

'Sabemos que las familias tienen dificultades. Les preocupa el empleo, los hijos, su futuro, todo. Es el momento de entender qué significa a ojos de Dios el verdadero amor entre una mujer y un hombre. También es el momento de ver cómo eso puede ayudar a hacer que nuestras vidas sean más felices y mejoresâ?.

En la carta, Francisco señala que será una buena ocasión para reflexionar sobre su documento sobre la familia, la 'Amoris Laetitiaâ?. El arzobispo de Dublí­n explica que uno de los puntos centrales del Encuentro Mundial será entender qué idea de amor propone el Papa.


ARZ. DIARMUID MARTIN

Arzobispo de Dublí­n (Irlanda)

'Si el Encuentro Mundial se centra en cómo se debe transmitir la fe en la familia, la gente podrí­a decir que para eso está la catequesis. De lo que se trata aquí­ es de mostrar ejemplos de amor entre padres e hijos y entre maridos y mujeres. Eso es lo que refleja el amor tierno y cariñoso de Dios. Ahí­ es donde los hijos pueden aprender qué significa que Dios es amorâ?.


CARD. KEVIN FARRELL

Prefecto, Dicasterio para Laicos, Familia y Vida

'Solo en la familia y a través de la familia se podrá transmitir el concepto de amor, de que Dios es amor y de que Dios es misericordiosoâ?.

Aunque el Papa no ha confirmado aún su presencia en el Encuentro Mundial de las Familias de Dublí­n, el primer ministro de Irlanda ya vino a Roma para invitarle personalmente.

CARTA DEL PAPA PARA EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS

Al Venerado Hermano el cardenal KEVIN FARRELL


Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida


Al final del VIII Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Filadelfia en septiembre de 2015, anuncié que el encuentro sucesivo con las familias católicas de todo el mundo tendrí­a lugar en Dublí­n. Ahora, con el deseo de comenzar su preparación, me complazco en confirmar que se desarrollará del 21 al 26 de agosto de 2018, sobre el tema: 'El Evangelio de la familia: alegrí­a para mundoâ?. Y con respecto a este tema y a su desarrollo quisiera ofrecer algunas indicaciones más precisas. Deseo, efectivamente, que las familias puedan profundizar en la reflexión y la condivisión de los contenidos de la Exhortación Apostólica postsinodal Amoris Laetitia.


Nos podrí­amos preguntar: ¿El Evangelio sigue siendo alegrí­a para el mundo? Y también: ¿La familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy? ¡Yo estoy seguro de que sí­! Y este 'sí­â? está firmemente fundado en el plan de Dios. El amor de Dios es su 'sí­â? a toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el 'sí­â? de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al servicio de ella en todas sus fases; es el 'sí­â? y el compromiso de Dios con una humanidad a menudo herida, maltratada y dominada por la falta de amor. La familia, por lo tanto, es el 'sí­â? del Dios Amor. Solamente partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de Dios, como cónyuges, padres y hermanos.


Quiero hacer hincapié en la importancia de que las familias se pregunten a menudo si viven partiendo del amor, por el amor y en el amor. Esto significa concretamente darse, perdonarse, no perder la paciencia, anticiparse al otro, respetarse. ¡Cómo mejorarí­a la vida familiar si cada dí­a se vivieran las tres sencillas palabras 'permisoâ?, 'graciasâ?, 'lo sientoâ?! Todos los dí­as experimentamos la fragilidad y la debilidad, y por eso todos nosotros, familias y pastores, necesitamos una humildad renovada que plasme el deseo de formarnos, de educarnos y de ser educados, de ayudar y de ser ayudados, de acompañar, discernir e integrar a todos los hombres de buena voluntad. Sueño con una Iglesia en salida, no autorreferente, una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordia. Es la misma misericordia que nos hace nuevos en el amor; y sabemos cuanto las familias cristianas sean lugares de misericordia y testigos de misericordia; después del Jubileo extraordinario lo serán todaví­a más, y el Encuentro de Dublí­n podrá dar señales concretas.


Invito, pues, a toda la Iglesia a recordar estas indicaciones en la preparación pastoral para el próximo Encuentro Mundial. Ante Usted, querido Hermano, junto con sus colaboradores, se presenta la tarea de conjugar de una forma especial la enseñanza de Amoris Laetitia, con la cual la Iglesia desea que las familias estén siempre en camino, en esa peregrinación interior que es una manifestación de vida auténtica. Mi pensamiento se dirige de manera especial a la archidiócesis de Dublí­n y a toda la querida Nación irlandesa, por la generosa hospitalidad y el esfuerzo que implica organizar un evento de esta magnitud. ¡Que el Señor os recompense a partir de ahora, concediéndoos en abundancia favores celestes!


La Sagrada Familia de Nazaret guí­e, acompañe y bendiga vuestro servicio y a todas las familias involucradas en la preparación del gran Encuentro Mundial de Dublí­n.


Desde el Vaticano, 25 de marzo de 2017


MB/JRB

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