El Papa mantuvo un encuentro en el Vaticano con un centenar de jueces de todo el mundo. Participaron en la Cumbre de Jueces sobre la trata de personas y el crimen organizado que reunió a expertos en leyes para analizar esta lacra y buscar cómo combatirla.
Francisco elogió la labor de los jueces que trabajan en muchas ocasiones bajo presiones y amenazas. Por eso, les dijo que están llamados a dar esperanza en el hacer de la justicia para que la injusticia no tenga la última palabra.
También condenó a los traficantes de personas a los que calificó como 'los nuevos cazadores de esclavosâ?.
FRANCISCO
'Víctimas tantas veces traicionadas hasta en lo más íntimo y sagrado de su persona, es decir, en el amor que ellas aspiran a dar y tener y que su familia les debe o que les prometen sus pretendientes o maridos quienes en cambio acaban vendiéndolas en el mercado del trabajo forzado, de la prostitución o de la venta de órganosâ?.
Francisco explicó que la Iglesia está a llamada a comprometerse también en el terreno de la política y volvió a pedir la abolición de la pena de muerte.
Después, el Papa suscribió una declaración en la que los firmantes hacen una serie de propuestas para acabar con la esclavitud moderna. Entre las medidas piden emplear los bienes incautados a los traficantes en la rehabilitación y compensación de las víctimas, sancionar a los clientes de servicios sexuales o que la prostitución y el trabajo forzoso se consideren crímenes de lesa humanidad.
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