Este jueves, coincidiendo con el día en el que la Iglesia católica recuerda a los difuntos, el Papa Francisco visitará el cementerio norteamericano de Nettuno, al sur de Roma.
Allí reposan los restos de 7.861 hombres y mujeres de EEUU, que fallecieron en Italia en la II Guerra Mundial.
Se trata de soldados y de algunas enfermeras de la Cruz Roja, caídos durante las batallas de Sicilia y de Anzio entre 1943 y 1944.
Junto a sus tumbas, el Papa Francisco celebrará una Misa solemne para rezar “por todos los caídos en las guerras”.
Ese mismo día, antes de regresar al Vaticano, el Papa se detendrá también en las Fosas Ardeatinas, que ya visitó Benedicto XVI.
Se trata de unas minas a las afueras de Roma en las que los nazis asesinaron a 335 civiles italianos en marzo de 1944.
Fue una represalia por un atentado contra 30 soldados alemanes. Hitler ordenó que murieran 10 italianos por cada alemán.
Es un lugar especial, símbolo de la locura homicida de cualquier guerra, en el que reposan juntos judíos y cristianos, y que visitan cada día personas de todas las religiones.
