La costarricense Lisandra Cháves confiesa que cuando su madre enfermó pasó por una gran crisis. La angustia era opresora y asfixiante. No era creyente pero admite que rezar le devolvió las ganas de vivir.
LISANDRA CHAVES
“Yo había dejado la fe católica desde la universidad hasta pasados mis 30 años y eso muy motivado por las corrientes que te dicen que Dios no existe. Uno cae en eso también, pero mi vida cambió por un milagro que nos hizo la Virgen de los Ángeles, mi mamá sanó del cáncer y a partir de ahí yo decidí acercarme a la Iglesia y buscar un sacerdote para confesarme”.
Lisandra dice que para su conversión fue vital un sacerdote. Para darle las gracias, tiempo después decidió escribir un libro: “He ahí a tus hijos”. Allí relata su vida y otros testimonios de personas a quienes los sacerdotes les han cambiado la vida.
Monseñor José Francisco Ulloa, obispo emérito de Cartago, vivió tan de cerca este proceso que plasmó su testimonio en el prólogo del libro.
MONS. JOSÉ FRANCISCO ULLOA
Obispo emérito de Cartago (Costa Rica)
“Ella me comentó su proceso de conversión y me llamó tanto la atención que hubiera sido con la ayuda de un sacerdote”.
LISANDRA CHAVES
“Hay un grupo grande en Cartago que ha estudiado el libro durante varios meses y ellos me cuentan la experiencia que ahora ven al sacerdote diferente”.
Lisandra decidió consagrarse en 2010, durante el Año Sacerdotal. Y no es casualidad: explica que para ella el sacerdote es alguien que abre las puertas del Cielo. Lo ha visto en su vida y lo ha visto en la vida de muchos otros como ella.