La melodía “América Despierta” dedicada a la Virgen de Guadalupe fue la que abrió la ceremonia.
Francisco celebró acompañado por el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. También estaba el mexicano Jorge Patrón Wong, secretario de la Congregación para el Clero.
Gran parte de la misa fue en español, también la homilía. Francisco reflexionó sobre la generosidad de Dios que se refleja en la Virgen.
Recordó cómo las primeras palabras de Dios en la Biblia son para bendecir, para subrayar que la Creación es algo bueno. Dijo que ese es el estilo de Dios, al contrario del diablo.
FRANCISCO
El estilo de Dios es siempre decir 'bien'. Por eso la maldición va a ser el estilo del diablo, del enemigo. El estilo de la mezquindad, de la incapacidad de donarse totalmente. El decir mal. Dios siempre dice 'bien'.
En la ceremonia también hubo algunas oraciones en portugués, e incluso canciones.
Durante esta oración se pidió por los legisladores, las vírgenes consagradas, los que son tentados y por quienes han fallecido.
El ritmo de la guitarra estuvo muy presente en toda la ceremonia. En el ofertorio tocaron la melodía “Te ofrecemos, Señor”.
En la misa estuvo muy presente la oración por América Latina.
“...para hacer que florezca en nuestras tierras la fraternidad y la paz”.
Una de las protagonistas fue esta niña que ´rompió el protocolo para llevar una flor a la Virgen.
Dentro de la basílica fueron admitidas muy pocas personas, debido a la pandemia. Entre los presentes había representantes del cuerpo diplomático, algunos religiosos y laicos. No fue una ceremonia con la participación de otros años, pero consiguió mantener el espíritu. Al terminar el Papa rezó unos instantes ante la Virgen de Guadalupe antes de marcharse, al son de la famosa canción “La Guadalupana”.
