Al igual que ocurrió durante la Semana Santa, la Navidad del 2020 estuvo marcada por la pandemia. De nuevo las principales ceremonias del Vaticano se realizaron en una basílica de San Pedro prácticamente vacía.
Aún así, Francisco no centró su homilía de la Misa del Gallo en la pandemia.
FRANCISCO
El Hijo de Dios nació como alguien que no cuenta para decirnos que cada persona descartada es hija de Dios. Vino al mundo como viene al mundo un niño. Débil y frágil, para que nosotros podamos acoger con ternura nuestra fragilidad. Y descubrir una cosa importante: como en Belén, también Dios ama hacer grandes cosas a través de nuestra pobreza.
En su discurso al mundo, antes de la bendición Urbi et Orbi sí que habló sobre la pandemia, pero para tocar el tema de las vacunas.
FRANCISCO
Pido a todos: a los responsables de los Estados, a las empresas, a los organismos internacionales, que promuevan la cooperación y no la competencia, y que se busque una solución para todos: vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta. En primer lugar los más vulnerables y necesitados.
El discurso de Navidad suele ser la ocasión en la que el Papa recuerda al mundo cuáles son los principales conflictos en curso. Por eso citó uno a uno los conflictos en Oriente Medio, África y Este de Europa, sin olvidarse de minorías perseguidas como los rohinyá o el sufrimiento de las poblaciones de países como Venezuela.
Javier Romero