La basílica de San Pedro revivió con alegría contenida una de las ceremonias más emotivas de cuantas se puedan ver: al Papa ordenando a nuevos sacerdotes.
En total eran 9 candidatos.
La ceremonia está llena de simbolismo y de momentos significativos como este, en el que el Papa pregunta si se ha verificado la idoneidad de los futuros sacerdotes.
¿Son dignos?
Según las informaciones del pueblo cristiano y según el juicio de quienes los han formado, puedo confirmar que son dignos.
Francisco pidió a los futuros sacerdotes que cuiden cuatro aspectos: los dos primeros son la cercanía a las personas y la cercanía a Dios.
FRANCISCO
Estad cerca del santo pueblo fiel de Dios. Pero antes que nada, estad cerca de Dios con la oración. Un sacerdote que no reza apagará lentamente el fuego del Espíritu Santo.
También les aconsejó cultivar otros dos tipos de cercanía: apoyar a su obispo y a los otros sacerdotes.
FRANCISCO
Nunca habléis mal de un hermano sacerdote. Si vosotros tenéis algo contra otro, sed hombres. Id allí y se lo decís a la cara.
Tampoco faltó la advertencia contra la tentación de “hacer carrera”.
Les recordó que el sacerdocio no es para ser emprendedores sino para servir a los demás.
La ligera mejoría de la emergencia sanitaria hizo posible que más personas pudieran asistir a la ceremonia en la basílica.
Los 9 candidatos eran de edades variadas. Desde personas que cuentan con más de 40 años hasta otros como Samuel Piermarini que aún no ha llegado a los treinta.
Este joven había sido convocado para la cantera del equipo de fútbol A.S. Roma, pero decidió rechazar la oferta. Tiempo después decidió entrar en el seminario.
Al final de la ceremonia el Papa besó las manos de los nuevos sacerdotes y uno de ellos hizo su primera bendición, nada menos que sobre Francisco.
Javier Romero
