Por segundo año consecutivo la pandemia obligó a cancelar la tradicional procesión del Corpus Christi por las calles de Roma.
Pero Francisco la sustituyó con una misa en la basílica de San Pedro.
El Papa recordó esas multitudinarias procesiones y recordó que los cristianos no pueden vivir su fe solo de puertas para adentro.
FRANCISCO
'La procesión con el Santísimo Sacramento, característica de la fiesta del Corpus Christi, que por el momento no podemos realizar, nos recuerda que estamos llamados a salir llevando a Jesús. Salir con entusiasmo llevando a Cristo a quienes encontramos en la vida de cada día'.
Francisco reflexionó sobre la Eucaristía. Dijo que se convertirá en algo importante en la vida de todo cristiano si cada uno es capaz admirar la humildad de Dios que se hace presente en las cosas sencillas.
Dijo que ese descubrimiento lleva primero al asombro y después a adorar a Dios, actitud clave para llevar una vida de fe.
FRANCISCO
'Debemos salir de la pequeña habitación de nuestro yo para entrar en el gran espacio del asombro y la adoración. Si falta esto, si falta el asombro y la adoración, no hay camino que nos lleve al Señor. Tampoco habrá sínodo, nada. Esta es la actitud ante la Eucaristía, necesitamos de esto: de la adoración'.
De hecho, al terminar la celebración, todos los presentes, incluido el Papa, rezaron durante varios minutos ante la Eucaristía expuesta.
La misa se hizo con pocas personas en el ábside de San Pedro, en el llamado Altar de la Cátedra. Es una zona recogida de la basílica, reservada para rezar en silencio y en recogimiento.
Javier Romero
VM
