Al terminar el rezo del Ángelus, el Papa recordó la gran crisis que asola la región etíope del Tigray.
Su población lleva más de medio año asolada por la guerra y ahora debe hacer frente a una hambruna que, según la ONU, es la peor que se registra en un solo país en la última década. Más de 30.000 afectados por esa crisis son niños.
FRANCISCO
“Hay escasez, hay hambre allí. Recemos juntos para que cese inmediatamente la violencia, que se garantice a todos la asistencia alimentaria y sanitaria y se retome lo antes posible la armonía social”.
Francisco recordó que el sábado se había celebrado la Jornada Mundial contra la Explotación Infantil.
Dijo que es un drama que afecta a más de 150 millones de niños en todo el mundo.
FRANCISCO
'Es una tragedia. 150 millones: más o menos como todos los habitantes de España, Francia e Italia juntos. Esto sucede hoy en día. No se pueden cerrar los ojos ante la explotación de niños, privados del derecho de jugar, de estudiar y de soñar'.
El Papa también habló de la crisis migratoria del Mediterráneo. Recordó que esa misma tarde, en Sicilia, se iban a exponer los restos de un terrible naufragio. Fue en el 2015 y se cobró la vida de cententenares de refugiados y migrantes.
FRANCISCO
'Que este símbolo de muchas tragedias del Mar Mediterráneo continúe interpelando la conciencia de todos y favorezca el crecimiento de una humanidad más solidaria, que eche abajo el muro de la indiferencia. Pensemos en esto: el Mediterráneo se ha convertido en el cementerio más grande de Europa'.
Antes de rezar el Ángelus el Papa había explicado el Evangelio del día. Subrayó que un cristiano no debe dejarse llevar por los fracasos sino poner toda su confianza en Dios.
JRB