La campaña de Cáritas Internationalis 'Compartiendo el viaje' entra en su fase final tras 4 años de camino. Su propuesta era mostrar el rostro de migrantes y refugiados, y por qué la pobreza o la violencia les llevó a abandonar sus hogares.
CARD. LUIS ANTONIO TAGLE
Presidente de Caritas Internationalis
“La campaña “Compartiendo el viaje” ha sido un gran momento de encuentro, de solidaridad, y para nosotros, de recuerdo, y sobre todo una expresión del amor de la Iglesia por las personas desplazadas. Cristianos, musulmanes, hindúes, seguidores de otras religiones o sin religión, fueron recibidos como seres humanos”.
A lo largo de 4 años Cáritas ha promovido por ejemplo una marcha global o cenas y almuerzos con migrantes y refugiados. La clave era ayudar a conocer personalmente los retos a los que se enfrentan.
P. BRUNO MARIE DUFFÉ
Secretario, Dicasterio Desarrollo Humano Integral
“Los migrantes no son principalmente migrantes, sino personas, personas en movimiento, personas en migración. Con una historia personal, una memoria personal, una tierra y una dignidad”.
La campaña mundial termina el 20 de junio, pero Cáritas ha subrayado que la ayuda a migrantes y refugiados seguirá siendo una de sus prioridades.
ALOYSIUS JOHN
Secretario General, Caritas Internationalis
'Durante estos cuatro años de campaña, Caritas Internationalis ha emprendido sin descanso retos para mostrar su deseo no sólo de acoger y dar hospitalidad a migrantes, sino también de motivar y movilizar al público a emprender gestos de solidaridad para vivir esta obligación moral. Y este es el mensaje de este final de campaña, ¿cómo mantener esta actitud? ¿cómo continuarla?”
Un momento especialmente emotivo durante la rueda de prensa fue el recuerdo que el cardenal Tagle tuvo de su abuelo, que también fue emigrante.
CARD. LUIS ANTONIO TAGLE
Presidente de Caritas Internationalis
“Estos refugiados (de Filipinas) me recordaron mis 'raíces migrantes'. En ellos, vi a mi abuelo, que nació en China,... pero que se vio obligado a dejar su tierra natal de pequeño con su tío, para ir a Filipinas en busca de un futuro mejor”.
Un gesto que sirvió para recordar que los migrantes y refugiados no son números, sino personas concretas.
CT/JMB
