Hungría y Eslovaquia apuran los preparativos de seguridad para evitar en la medida de lo posible los contagios durante los eventos papales.
Francisco pasará más tiempo en Eslovaquia. Allí es obligatorio estar vacunados.
P. MARTIN KRAMARA
Portavoz, Conf. Episcopal Eslovaquia
“El sistema es así: al inscribirse al evento en el que quieren participar escriben sus datos y estos son verificados por una oficina estatal que comprueba si están vacunados. Después se les envía un código QR que tendrán que imprimir y presentarlo en la entrada. Así funciona”.
A dos semanas antes de la llegada del Papa hubo 25.000 personas inscritas en la misa final y 15.000 para la liturgia según el rito bizantino. Para el encuentro con jóvenes hay 35.000 puestos disponibles. Todos los participantes estarán al aire libre, distanciados y sin posibilidad de cambiar de sector.
P. MARTIN KRAMARA
Portavoz, Conf. Episcopal Eslovaquia
“Naturalmente con la pandemia todo es más complicado. Con respecto a eventos del pasado es más complicada la inscripción, el hecho de tener que tener que estar vacunados... pero estamos animando a la gente a no quedarse en casa”.
En Hungría las autoridades locales no exigen el pasaporte COVID pero ya empezaron a administrar la tercera dosis de la vacuna. Apelan a la responsabilidad personal de los participantes y se recomienda que se laven las manos con frecuencia y que usen mascarillas.
KORNÉL FÁBRY
Secretario General, Congreso Eucarístico Internacional
“A día de hoy la decisión es esta: puede venir quien quiera, hay pocas restricciones y se hará al aire abierto. Pero hay que comportarse con extrema prudencia”.
Budapest será una parada breve pero intensa. Los organizadores esperan que asistan 100.000 personas a la misa de clausura.
