Unas cien mil personas participaron en la misa de clausura del Congreso Eucarístico de Budapest.
En primera fila también estaban el presidente János Áder y el primer ministro Víktor Orbán.
Durante la procesión de ingreso, Francisco saludó al Patriarca ecuménico Bartolomé, principal líder de la Iglesia ortodoxa.
Francisco rezó también ante un antiguo icono de la Virgen María que se venera en Budapest.
CARD. PÉTER ERDÖ
Arzobispo de Budapest
“Santo Padre, muchas gracias de corazón por haber aceptado la invitación a presidir personalmente la gran ceremonia de conclusión del 52 Congreso Eucarístico Internacional”.
En su homilía, el Papa partió del diálogo entre Jesús y los Apóstoles, a quienes preguntó quién pensaban que era realmente Jesús.
FRANCISCO
“También hoy el Señor, fijando su mirada sobre cada uno de nosotros, nos interpela personalmente: “Pero yo, ¿quién soy de verdad para ti?”. ¿Quién soy para ti? Es una pregunta que, dirigida a cada uno de nosotros, no pide sólo una respuesta teórica, de catecismo, sino una respuesta personal, de vida”.
El Papa explicó que la tentación es construirse una imagen de Jesús a la propia medida, y hacer una caricatura de Cristo.
FRANCISCO
“La diferencia crucial es entre el verdadero Dios y el dios de nuestro yo. ¡Qué lejos está Aquel que reina en silencio sobre la cruz, del falso dios que quisiéramos que reinase con la fuerza y redujese al silencio a nuestros enemigos!”
Tras la homilía, algunos húngaros con trajes tradiciones presentaron el pan y el vino para la Eucaristía.
A continuación, la consagración fue el momento más solemne de este Congreso Eucarístico Internacional.
La ceremonia de clausura coronó una semana de encuentros, ceremonias y exposiciones para recordar la presencia de Cristo en la Eucaristía.
El próximo Congreso Eucarístico Internacional será en 2024 en Quito. Una buena excusa para que el Papa visite de nuevo América Latina.
JMB
